En el bullicio de la ciudad, donde los sueños se entrelazan con la realidad, nació la visión de una marca que debía ir más allá de la moda, tenía que ser un tributo a la identidad y la conexión cultural.
Mi nombre es Gonzalo, argentino de nacimiento y orgullosamente latino en mi ser. La idea surgió de mi experiencia personal, que sentí la necesidad de crear una conexión cultural para los latinos que viven lejos de su tierra natal.
Siempre sentí que nuestra cultura es nuestra fuerza, y al vivir en el extranjero, esa conexión se vuelve aún más vital. Quería crear algo que no solo reflejara nuestra herencia, sino que también fuera una expresión de resistencia y unidad.
Para lograr plasmar la esencia de cada cultura en nuestra ropa, el proceso fue muy colaborativo, nos sumergimos en conversaciones con la comunidad, comprendimos sus experiencias y luego tradujimos esas vivencias en elementos visuales que nos identificaran y estuvieran a la par de los valores de la marca.
Cada prenda se diseña con la intención de reflejar la rica herencia latina. Desde patrones hasta colores, cada elemento se elige cuidadosamente para contar una historia única y auténtica.
«Queremos ser un puente entre la cultura latina y el mundo. Nuestra historia está recién empezando y aún hay muchos capítulos emocionantes por escribir».